30
Dic
2012
La Puerta del Sol celebró sus tradicionales preuvas Imprimir
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Foto cedida por CAMSalvador Victoria participó en los últimos preparativos para Nochevieja

El consejero de Presidencia, Justicia y portavoz del Gobierno regional, Salvador Victoria, supervisó los últimos preparativos del Reloj de la Puerta del Sol previos a las tradicionales doce campanadas que en la media noche de mañana, día 31 de diciembre, darán la bienvenida al nuevo año 2013. Un año más, el histórico Reloj fue el protagonista del ensayo general del Fin de Año.

Acompañado de Jesús López-Terradas, maestro relojero de Casa Losada y responsable del mantenimiento del Reloj de la Real Casa de Correos, Victoria subió los 43 peldaños que dan acceso a la parte trasera de la esfera del Reloj para comprobar la puesta a punto de la precisa maquinaria que da la hora a los madrileños y turistas que pasean por la las inmediaciones de la Puerta del Sol. En la media noche del 31, serán tres maestros (Pedro y Santiago Ortiz y el propio López-Terrados) los que permanecerán en la torre del edificio velando por que todo esté en orden.

Además, participó en el ensayo general de las campanadas, que cada año congregan el día previo a Fin de Año en la Puerta del Sol a un buen número de madrileños que simulan el momento de las campanadas como última comprobación de que todo funciona correctamente. El Reloj de la Puerta del Sol, el más famoso y popular de España, fue construido en Londres a finales del siglo XIX por el español, afincado en la ciudad inglesa, José Rodriguez Losada (Iruela, León 1797–Londres 1870), quien lo donó a la Villa de Madrid. Fue en 1866 cuando se inauguró en lo alto de la Real Casa de Correos.

El histórico reloj conserva su maquinaria original casi al completo y es revisado cada semana por los relojeros de Casa Losada encargados de su cuidado; en los días previos a las campanadas comprueban a diario su estado y precisión. En este sentido, hay que destacar que el reloj cuenta con una maquinaria fácilmente desmontable -ya que cualquiera de sus piezas se pude desarmar por separado sin necesidad de tener que desmontar el reloj– y especialmente precisa que origina que únicamente se retrase cuatro segundos al mes.

Esa precisión es en parte debida, en parte, a la presencia de un gran péndulo de tres metros de longitud que tarda dos segundos en realizar su recorrido. Entre las curiosidades del funcionamiento del reloj durante las campanadas destaca que 28 segundos antes de la media noche se produce el descenso de la gran bola que indica que el año está a punto de terminar y que da paso a “los cuartos” que preceden a las doce campanadas. Éstas repicarán a las doce en punto de la noche con un intervalo de tres segundos para finalmente dar la bienvenida al año nuevo.

Foto cedida por CAMSon de sobra conocidas las anécdotas acaecidas en torno a la secuencia de la sonería de las campanadas de fin de año. Por eso, tanto el consejero como los maestros relojeros coincidieron en recomendar a los madrileños y a los españoles que sigan el Fin de Año por televisión que estén muy atentos y que sólo comiencen a tomar sus uvas tras los cuatro toques de dos campanadas que componen los cuartos, que se producen con un intervalo de un segundo.

La tradición de las doce uvas que se toman al ritmo de las campanadas tiene un origen confuso. La explicación más extendida es la que afirma que en el otoño de 1909 hubo una gran cosecha de uva y que se decidió repartir ese excedente entre las personas congregadas en la Puerta del Sol para celebrar el fin de año. Parece ser que algunos de los que allí estaban decidieron comer una uva por cada campanada, siendo imitados por el resto, y a partir de entonces se convirtió en una costumbre que hoy es una tradición arraigada en nuestra cultura.