La confesión reducirá la duración del juicio y abre la puerta a un pacto con la Fiscalía

Este lunes comenzó en la Audiencia Provincial de Madrid el juicio relacionado con el asesinato de una cocinera en Alcalá de Henares, ocurrido el 2 de julio de 2023. Un joven de 25 años, acusado de este crimen, ha admitido su culpabilidad, alegando que actuó bajo los efectos del alcohol y las drogas, lo que podría influir en la reducción de su condena.

El juicio inició con la selección de un jurado popular que se encargará de evaluar los hechos. Durante esta fase, se presentaron los informes de las partes involucradas y se llevó a cabo la declaración del procesado. Este último reconoció su responsabilidad en el crimen, lo que ha llevado a que el abogado defensor argumente que el juicio se desarrolla sin "controversia" respecto a los hechos.

Según el fiscal, el asesinato ocurrió durante una discusión entre el acusado y la víctima. El joven golpeó a la cocinera en la cabeza y la apuñaló por la espalda, utilizando un cuchillo de cocina de 34 centímetros. Este ataque le causó a la víctima una herida de 18 milímetros de profundidad que afectó a la musculatura del cuello, aunque no alcanzó órganos vitales. Posteriormente, aplicó la técnica de estrangulación conocida como 'mataleón', lo que resultó en la muerte por asfixia mecánica externa. La fiscalía argumenta que la víctima no tuvo oportunidad de defenderse.

El acusado, tras el crimen, llamó al servicio de emergencias 112 y se mostró arrepentido por sus acciones. Durante su declaración, admitió que no recuerda con claridad lo sucedido debido al estado en que se encontraba. Afirmó que se sentía diferente en el momento del juicio en comparación con la persona que cometió el crimen, destacando su deseo de convertirse en lo que la víctima, Mari Carmen, hubiera querido.

El abogado defensor ha enfatizado el estado alterado del acusado durante el crimen, lo que podría ser un factor atenuante en su condena. La defensa busca demostrar que el acusado ha experimentado un cambio significativo desde el momento del crimen hasta el presente.

La representante del Ministerio Público ha solicitado una pena de veinte años de prisión para el acusado, aunque esta podría reducirse debido a su reconocimiento de culpabilidad. Se prevé la aplicación de atenuantes relacionadas con sus adicciones, la confesión del crimen y la reparación del daño, dado que el acusado ha pagado la responsabilidad civil con la herencia de sus padres. Además, se le exige que indemnice con 145.000 euros al hijo de la víctima. El fiscal también ha solicitado que, tras cumplir la pena, el acusado esté bajo libertad vigilada durante cinco años.

El juicio se llevará a cabo con una reducción de la prueba testifical y pericial, y se espera que concluya el próximo miércoles. A pesar de que el acusado ha mostrado disposición para alcanzar un acuerdo de conformidad con la fiscalía y la acusación particular, el juicio seguirá su curso para determinar la sentencia final.

Este caso resalta la complejidad de los juicios por homicidio, donde factores como el estado mental del acusado y la naturaleza del crimen juegan un papel crucial en la determinación de la condena.