Después de cuatro largas horas, la Virgen y su Hijo se encontraron ante la Catedral
La Cofradía más joven de las que procesionan por las calles de Alcalá hasta que el año que viene ocupe su puesto la Hermandad de Espartales, celebraba ayer su tercera procesión del Domingo de Resurrección, una procesión que sigue buscando su fórmula y que esta vez obsequiaba a los vecinos con una larguísima caminata por las calles de la localidad complutense. Y es que había que hacer tiempo hasta las doce del mediodía, momento en que se produciría el encuentro de las dos imágenes.
Pero la Procesión comenzaba mucho antes, en concreto, a las ocho de la mañana, cuando la imagen del Cristo Resucitado abandonaba la Catedral. Pocos minutos después la que lo hacía era la Virgen de la Salud, que salía de la Magistral tocada con un espectacular velo negro. Ambas imágenes, portadas por costaleros, comenzaban un largo recorrido en el que, conforme avanzaba la mañana, fueron incorporándose vecinos y turistas, hasta el punto de que llegaron a abarrotar la Plaza de los Santos Niños para asistir al momento culminante de la mañana.
Eso sí, justo antes de encontrarse con su hijo la cantante Sonia Andrade volvía a ofrecer su arte en forma de saeta a la Virgen, y lo hacía desde un balcón y vestida de blanco. Los que también iban de blanco y azul eran los nazarenos de la Hermandad compuesta por miembros de los Cuerpos Sanitarios.
Y a las doce se producía el momento cúlmen de la mañana. En plena Plaza de los Santos Niños ambas figuras se ponían frente a frente mientras la Virgen perdía el velo negro y sonaban las campanas desde la Catedral.
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