La aprobación por decreto augura días muy difíciles para el alcalde

La guerra que se venía fraguando desde hace ya varios meses, y que ha provocado tres plenos para olvidar en el Consistorio, estallaba ayer tras el anuncio oficial de algo que todo el mundo ya daba por hecho: la aprobación por decreto del nuevo Convenio Laboral del Ayuntamiento complutense, con la oposición abierta de todos los sindicatos municipales, una decisión arriesgada que augura que, tanto la Noche en Blanco como el Clásicos en Alcalá, podrían sufrir problemas serios si finalmente se ponen en marcha.

Y es que Alcalá, como ciudad turística que es, no puede permitirse una auténtica guerra civil como la que se va a desatar en las calles. Ambas partes tendrían que haber logrado un acuerdo cediendo en lo que fuera necesario ceder, porque el bien a proteger es mucho más importante que cualquier exigencia particular, de unos y de otros. De momento, las primeras consecuencias ya se han producido: ayer los sindicatos tomaban las calles en protesta por el Decretazo, y el Ayuntamiento se veía obligado a suspender toda su agenda para el día de hoy, en previsión de lo que pueda suceder.

Y es que los puntos de conflicto son muchos como para cerrar en falso una negociación tan espinosa: la eliminación de los liberados sindicales, la reducción de las horas sindicales y el aumento de la jornada laboral de los funcionarios han enfurecido a los sindicatos, que afirman que hay otras partidas donde recortar, como la publicidad pagada en medios locales.

Así las cosas, Alcalá se prepara para una guerra que los sindicatos tienen muy claro durará toda la legislatura, haciendo mucho daño al turismo de la localidad, algo que solo puede revertir negativamente en los vecinos de la localidad complutense, y que puede seguir profundizando en las nada halagüeñas cifras de desempleo.