02
Jun
2013
Alcalá hace Hija Adoptiva a Ana María Matute Imprimir
Zona Este - Alcala de Henares
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Foto cedida por Ayuntamiento de AlcaláLa escritora recogió el titulo en el Salón de Plenos del Ayuntamiento

El alcalde de Alcalá de Henares, Javier Bello, entregó a Ana María Matute el título que la nombra Hija Adoptiva de la ciudad. En una breve intervención, la autora agradeció la distinción, que considera un honor viniendo “de la ciudad de Cervantes”. La vinculación de Ana María Matute con Alcalá de Henares presenta hitos como el Premio Ciudad de las Artes y las Letras 2001, concedido por el Ayuntamiento, o el Premio Cervantes que recogió en la ciudad complutense en abril de 2011.

El alcalde también hizo referencia a Cervantes y lo vinculó a Matute. “Nuestro hijo más ilustre, Miguel de Cervantes, escribió que la pluma el la lengua del alma. Y Ana María Matute nos ha regalado parte de su alma en sus libros, en su concepción de la vida; el que no inventa, no vive”, dijo. Que una escritora de la talla de Ana María Matute sea Hija Adoptiva de la Ciudad es una muestra más, dijo Javier Bello, de la “perfecta simbiosis” que Alcalá de Henares tiene con el mundo de las letras, “y que es nuestra obligación impulsar y alimentar, con más razón en momentos como los que nos tocan vivir”.

“El nombre de Ana María Matute –añadió- está unido de manera indisoluble a la literatura”. Es, sin duda, una de las grandes creadoras que ha dado la lengua castellana, “sin ella, la segunda mitad del siglo XX y su literatura no podrían explicarse, sería como un libro al que le faltase uno de los capítulos más importantes”.

Desde que con cinco años comenzara a escribir, la necesidad de crear, de inventar, llevó a Ana María Matute a plasmar los sueños más íntimos y más personales con un enorme realismo en la descripción de sus personajes, poseedores de una gran profundidad. Esa necesidad ya nunca la abandonó y como ella misma ha dicho en alguna ocasión, su vida han sido su hijo y la literatura.

Foto cedida por Ayuntamiento de AlcaláLos libros fueron el sustento de la familia durante años y, sin embargo, esta necesidad no libró ni un ápice de su genialidad a las obras que creaba, muy al contrario iban descubriéndonos una escritora de enormes matices, que protestaba de la realidad que la rodeaba, y que reivindicaba la fantasía y la imaginación como partes fundamentales de la vida. “Escribir es la manera que encontró Ana María de estar viva, de no desaparecer, de reivindicarse como Alicia o como Peter Pan, eternos niños en el país de las maravillas: la infancia”, señaló Javier Bello en su intervención. “E hicimos nuestro –añadió- su aforismo cuando dijo aquello de que La palabra es lo más bello que se ha creado, es lo más importante de todo lo que tenemos los seres humanos. La palabra es lo que nos salva”.

Ana María Matute (1925, Barcelona) es académica de la Lengua desde 1996 y posee los más acreditados premios del panorama intelectual, entre los que destacan: Premio Planeta (1952); Premio de la Crítica (1958); Premio Nacional de Literatura y Premio Nadal (1959); Premio Nacional de las Letras Españolas (2007); y Premio Cervantes (2010). Y el mejor de todos: el reconocimiento de la crítica y, sobre todo, de los millones de lectores que tiene en todo el mundo.

Terminó Javier Bello con un agradecimiento: “Querida Ana María, gracias. Gracias por ese don que las musas te otorgaran y que tú has compartido con todos los que amamos la literatura; hoy es un día azul, como aquel azul del verso de Rubén Darío: "El color del ensueño, el color del arte, un color helénico y homérico, color oceánico y firmamental", como Ana María Matute, nuestra Hija Adoptiva de la ciudad”.